“Hoy, el mayor riesgo de una catástrofe global es más probable que tenga que ver con un virus que con una guerra” Bill Gates, 2015
A finales de 2019 empezó a fraguarse, en la capital de Hubei (Wuhan), en China, el mayor peligro de la era contemporánea actual. Un virus se expandía con mucha rapidez por China y el gobierno empezaba a tomar medidas drásticas para frenarlo. El mundo occidental aún no sabía la magnitud del problema. Pocas semanas después, el Coronavirus COVID-19 llegaba a Europa, principalmente a Italia, y empezó a propagarse con rapidez, hasta que el pasado 11 de marzo la OMS lo declaró “pandemia”. En España ya estamos sufriendo los efectos de este virus, y el Gobierno acabó declarando el pasado viernes 13 de marzo el Estado de Alarma.
Ante cualquier problema, lo primero que deberíamos hacer es analizar sus causas y sus consecuencias. Desde el punto de vista biológico, este nuevo Coronavirus, a diferencia de otros virus como el SARS (2003) o el MERS (2012), tiene una tasa de contagio muy elevada. Quizás el aspecto más tranquilizador sea su tasa de mortalidad, que, aunque hay diferencias por países (la tasa de mortalidad en Italia es superior a la de China), los datos indican que el COVID-19 es menos letal que otras epidemias como las mencionadas anteriormente. El problema, como hemos dicho, tiene que ver con su alta tasa de contagio, lo que provoca situaciones alarmantes como la que estamos viviendo en España en estos momentos, con muchos hospitales completamente colapsados. Las consecuencias, un sistema sanitario desbordado y un país paralizado.
En el ámbito económico, las consecuencias son igualmente severas. Todas las cadenas de producción paradas o con dificultades para desarrollar su actividad normal y el consumo no básico completamente ausente. Los mercados financieros, que siempre se anticipan a la economía real, empezaron a advertir de esta situación a partir del 19 de febrero de 2020, cuando se empezaron a conocer los primeros casos en Europa. Lo que hemos vivido desde entonces es uno de los mayores crash bursátiles de la historia. El pasado 12 de marzo de 2020, el Ibex 35 caía un -14.06%, la mayor caída diaria en su historia, y se deja ya más de un -35% en las tres últimas semanas, mientras que el S&P500 se dejó en la sesión del 12 de marzo de 2020 casi un -10%, la mayor caída diaria desde el crash bursátil de 1987.
Los mercados siempre sobrerreaccionan, especialmente en momentos de pánico como el actual. Pero, si algo hemos aprendido de crisis anteriores, es que cuanto mayor es el pánico mayor es la oportunidad. Y la oportunidad actual es histórica.
El miedo a una recesión es evidente, pero si algo es cierto es que un factor coyuntural, como el COVID-19, tiene efectos puntuales. La anterior crisis de 2008 fue una concatenación de factores estructurales que acabaron desembocando en una dura crisis financiera, económica y social, cuya recuperación fue una dura travesía por el desierto. A diferencia de aquella situación, una crisis coyuntural como la actual tiene efectos más violentos en el corto plazo, pero la recuperación será igualmente rápida. En cuanto el virus remita, el miedo se controle y la normalidad vuelva, los mercados sobrerreaccionarán, y esta vez al alza.
Ante esta situación, los Bancos Centrales han empezado a mover ficha. La Fed, el Banco de Inglaterra y el BCE ya han tomado medidas acomodaticias para impulsar la economía y relajar las presiones financieras. En los próximos días veremos, probablemente, medidas fiscales para seguir impulsando el consumo y la economía. Mientras el virus no se controle, no veremos las consecuencias de estas medidas, pero acabarán teniendo efecto.
Desde Gesconsult queremos transmitir un mensaje de tranquilidad. Hemos superado periodos de crisis a lo largo de la historia, y de todas hemos sabido salir indemnes. Si algo nos caracteriza es nuestra flexibilidad en la gestión, y hemos vuelto a hacer uso de esa flexibilidad para adaptarnos al entorno actual. Desde que el mercado empezó a darse la vuelta, nuestras carteras han estado cubiertas en un porcentaje considerable, lo que nos ha permitido frenar las caídas.
Actualmente, las divergencias entre valor y precio son exageradas, y las oportunidades irrepetibles. Una parte importante de nuestra cartera, compuesta por valores defensivos, como es el caso de las Utilities (Iberdrola, Enagás, EDP) o las Telecomunicaciones (Cellnex, MásMóvil) están muy protegidas ante una crisis coyuntural como la actual. El pánico del mercado ha arrasado con todas las compañías, sin distinguir modelos de negocio ni fortalezas financieras, lo que implica que el potencial de estas compañías ahora es muy elevado. Otras compañías de calidad empiezan a estar disponibles a precios muy atractivos, casi impensables hace unas semanas. Hablamos de compañías como Inditex, Amadeus o Viscofan. Por supuesto, en nuestra cartera no tienen cabida compañías con problemas de liquidez o de balance, por lo que, como inversores, no nos preocupa el entorno actual.
Somos fieles a nuestra filosofía de inversión, que consiste en invertir en negocios de calidad, bien gestionados y a precios atractivos. A veces, que estos tres pilares estén alineados es difícil. Hoy, es muy fácil gracias a las oportunidades que nos ha dejado el mercado.
Los grandes inversores se forman en momentos de pánico. Volveremos a demostrar que somos grandes inversores.
Para aquellos inversores que quieran beneficiarse de estas oportunidades, Gesconsult Renta Variable, fondo de Renta Variable Iberia, está formado por una cartera de empresas de convicción. La cartera está muy protegida a nivel beneficios de las empresas en cartera (por su perfil defensivo).
En estos movimientos bajistas del mercado figura entre los que mejor comportamiento está teniendo. Además, con el respaldo de un gran historial de rentabilidad: siendo el mejor fondo a 3 años y con una consistencia de primeros puestos a 5 y 10 años también.
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